Duende

que se mete entre ranuras,
como el viento de la noche
y de una niña la ternura,
así eres tú.
Como cuando nos miramos
y alucino un beso tuyo
voy pisándote la sombra;
como el pan del desayuno,
así eres tú.
Te robaste aquel azul
del arcoiris que tenía
y ahora un duende todavía
viene preguntándome por ti.
Dice que por gratitud
mucho oro te daría
y jura que de ti él cuidaría
como yo lo haría hasta morir.
By Renzo Videira, 21*02*11