La tarde

Qué triste se pone la terde
cuando el sol se pone y la lluvia nace;
cuando el cielo se sonrroja y el viento quema;
cuando todo acaba y luego vuelve a empezar.
Qué pena que siento
cuando las gotas que caen entibian mi frente
en vez de enfriarla,
busco calma pero el calor queda,
busco alejarme un medio segundo y
la pena se aferra.
Qué abzurdo sentir es el que tengo,
qué poco servible hoy me siento,
n yo sé por qué mi vida se apaga
ni nadie entiende mis letras con falta.
Qué estéril presiento el cuchillo
aquel que daña con el pensamiento;
pues sí: la memoria es como un cuchillo
y muchas veces logra abrir una profunda
herida de vez en cuando.
Y el silencio me dice que me quede
y el viento me grita que me voy;
yo nunca hice mal a nadie
y siempre fui el buen perdedor.
Y la tarde que me hace escribir
y el cielo que me hace pensar,
se aleja segundo a segundo
para al fin ahogarse en el mar.
¡Qué triste se pone la tarde
cuando no hay nadie a quién amar!
Por: Renzo Videira, escrito el 13 de febrero de 2009