Yo me iré

Y me iré muy lejos con el viento, me iré y no sé si regresaré. Caminaré hasta que la falta de aliento me lo impida, dejaré toda rutina por detrás de mí, borraré cualquier herida que en mi vida permití hacerme daño. Me iré con los árboles a un lado del camino, empolvando mis zapatos con la tierra que me queda por delante. Quitaré de mis recuerdos los momentos ni importantes y me quedaré con los más tristes que son los que me hacen sentir más vivo, pues la vida es un instante de dolor, para pagar por el error que hemos de arrastrar tras morir y volver a nacer, a reír, y a caer. Me iré a donde me quieran escuchar, a donde no se note mi invisibilidad, me iré con mis canciones bajo el brazo, con mi guitarra de peldaño y con dos sonrisas muy marcadas: una para mí y la otra para quien quiera el camino conmigo compartir. Me iré dejando todo atrás, cogiendo sueños rotos que otros no pudieron realizar, me iré a donde las tristezas ya no causes muchos daños, me iré a donde sí se acuerden de mi cumpleaños. Cargaré mi cruz y andaré como dijo el Señor, cruzaré mis valles, mil ríos, trescientos puentes y un millón de delirios transformados en fantasmas, y un par de remembranzas para imaginar alguna vez. Me iré cantando junto con las aves que me siguen, y silbando les diré qué de mí perciben, y espero no se alejen más de lo que lo hicieron las aves de mi ciudad. Desgastaré las zuelas de mi calzado con cada paso que la fuerza me permita, con cada espacio que la tierra facilita, con las patadas a las piedras que se me pongan al frente, con los pasos que bailando haga para no aburrirme como siempre. Me iré y conmigo las nubes negras, y conmigo todas las tormentas eléctricas. Me iré y descansaré en el lugar que yo siempre soñé, que siempre imaginé, porque no habrán más cigüeñas que me llenen de ilusión, llantos férreos con que escriba una canción, ni personas a las cuales tenga que pedir perdón.
Me iré, y nadie, nadie se dará cuenta, porque a duras penas puedo hacer que me miren, pues he de alejarme sin dar aviso alguno, sin poner mi cara de Señor Oscuro, y como estúpido intentar fingir cosas que no siento, que no encuentro, que no extiendo más mis brazos para nadie...o quizás sí.
Me iré y sólo me iré con quien desee acompañarme. Si no tendré que acostumbrarme a andar solo, así como ves, como estoy en esta foto.

Me iré con las aves cantando, y con los arboles del pueblo he de ponerme quizás contento...
Me iré y nadie se dará cuenta que me fui, porque si para algo serví, fue solo y nada más que para servir...
Me iré, y nadie verá que me fui...

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